Este artículo describe los beneficios de la cofinanciación en el sector de la salud. Este método es una práctica común y está creciendo en popularidad en todo el mundo. Además del apoyo financiero y técnico, la cofinanciación también puede ayudar a mejorar la calidad de la atención entregada a los pacientes. Es un recurso valioso para mejorar la calidad de los servicios de salud proporcionados a los pacientes. Sin embargo, requiere una planificación e implementación cuidadosas. Afortunadamente, se han publicado muchos ejemplos.
Los principales desafíos en la implementación de la cofinanciación son la falta de autonomía presupuestaria y la rigidez del gobierno. Esto se debe a que muchos ministerios y departamentos del gobierno tenían un mandato para proporcionar ciertos servicios y actividades. Además, diferenció el nivel de descentralización fiscal y autonomía de estas entidades. Esto se percibió como una barrera para la cofinanciación y una oportunidad para la compra intersectorial.
En el sector de la salud, la tasa de interés sobre los préstamos de cofinanciamiento varía de 2.5 a seis por ciento anual, dependiendo del estado financiero del país y el tipo de garantía proporcionada. Estos fondos no se pueden utilizar para la comercialización dentro de la empresa o pagando salarios. Hay cuatro etapas de participación en la cofinanciación y evaluación de proyectos. Para cada etapa, los fondos se desembolsan a las respectivas SRS.
La forma más común de cofinanciación es subvenciones directas. Esta es una forma de cofinanciación que proporciona financiamiento en forma de subvenciones no reembolsables. Estos se pagan como una proporción del progreso en un proyecto. Los fondos también están condicionados al logro de ciertos hitos. En algunos casos, los fondos solo se reembolsan parcialmente al final del proyecto.